Bandhas y pranayama: activar tu energía interior a través del control corporal y respiratorio

Los bandhas, o cerraduras energéticas, son técnicas sutiles del yoga tradicional que trabajan desde el interior del cuerpo para canalizar, activar y contener la energía vital (prana). Cuando se combinan con el pranayama (control de la respiración), estas prácticas generan efectos profundos tanto a nivel físico como mental, y promueven un estado de mayor conciencia y vitalidad. Lejos de ser esotéricas, estas técnicas están siendo cada vez más estudiadas por la ciencia contemporánea, especialmente en contextos como la salud, la educación y el bienestar emocional.

En sánscrito, bandha significa "cerradura" o "ligadura". Son contracciones musculares controladas en áreas específicas del cuerpo que, al integrarse con el flujo respiratorio del pranayama, permiten contener y redirigir la energía vital, generando efectos tanto físicos como sutiles.

Existen tres bandhas principales:

• Mula Bandha: contracción del suelo pélvico.
  
  
• Uddiyana Bandha: elevación del abdomen hacia la columna vertebral (aplicado en retención respiratoria).
  
  
• Jalandhara Bandha: bloqueo de la garganta mediante la inclinación del mentón hacia el pecho.
  
  

Cuando se realizan juntos, constituyen Maha Bandha, o la "gran cerradura".

Uddiyana Bandha: foco de estudio en la ciencia moderna

Uno de los bandhas más investigados es Uddiyana Bandha. Según Siddappa Naragatti y V. H. S. (2024), esta técnica tiene efectos fisiológicos, psicológicos y energéticos medibles. La elevación del abdomen hacia adentro y arriba genera una especie de masaje interno que estimula el sistema digestivo, activa el plexo solar y equilibra el sistema nervioso.

Desde una perspectiva energética, este bandha se relaciona con la activación del tercer chakra (Manipura), vinculado con el poder personal, la voluntad y la transformación.

La combinación de pranayama con bandhas amplifica los beneficios de ambos. El control respiratorio influye directamente en funciones cardiovasculares y cerebrales, y las cerraduras energéticas intensifican ese efecto al contener y redirigir el prana.

Pranayama por sí solo ha demostrado:

• Mejoras significativas en la función pulmonar (Benavides-Pinzón & Torres, 2017).
  
  
• Reducción de la ansiedad y la depresión (Kozasa, 2002; McAllister, 2020).
  
  
• Incremento en la atención, agilidad motora y bienestar emocional (Chetry et al., 2022; Kute & AlSabah, 2024).
  
  
• Efectos terapéuticos similares a técnicas de medicina respiratoria moderna (Chandra & Sharma, 2017).
  
  

El uso conjunto con bandhas puede potenciar la capacidad de modular el sistema nervioso autónomo, especialmente hacia la activación del sistema parasimpático, lo cual se asocia con estados de calma, regeneración y claridad mental.

La práctica de yoga, incluyendo pranayama y bandhas, no se limita a entornos espirituales. Diversos estudios están documentando su integración efectiva en contextos educativos, sanitarios y terapéuticos:

• En estudiantes de ciencias de la salud, el yoga reduce el estrés percibido y mejora el bienestar integral (Escobar Domingo et al., 2021).
  
  
• En docentes, incrementa la conciencia corporal y pedagógica (Fuente Torre & Herrán Gascón, 2021).
  
  
• En la educación infantil, favorece el desarrollo de la sensibilidad y la regulación emocional (Rossi, 2020).
  
  
• Durante el embarazo, contribuye a reducir síntomas depresivos y mejorar la calidad de vida (Nieto Sánchez et al., 2020; López Mesa et al., 2023).
  
  

Estas investigaciones consolidan el valor del yoga como una herramienta integral de bienestar físico, emocional y espiritual, particularmente cuando se incluyen técnicas avanzadas como los bandhas y el pranayama.

Aunque poderosos, los bandhas requieren cierta preparación física y supervisión adecuada. Es recomendable:

• Practicarlos con el estómago vacío.
  
  
• Aprender primero a través de un/a instructor/a cualificado/a.
  
  
• Evitar su uso en casos de hipertensión no controlada, embarazo o condiciones digestivas agudas.
  
  

En Soma Shakti Yoga, integramos estas técnicas de forma progresiva y consciente, adaptándolas a cada etapa del ciclo vital, el nivel de práctica y las necesidades energéticas personales.

Referencias 

• Benavides-Pinzón, A., & Torres, M. (2017). Efectos de técnicas de pranayama en función pulmonar. Revista Cuerpo y Movimiento, 9(2), 12–19.
  
  
• Chandra, S., & Sharma, S. (2017). Yogic breathing and its comparison with positive airway pressure therapy. Sleep and Breathing, 21(3), 617–625.
  
  
• Chetry, D., Sharma, B. R., & Roy, S. (2022). Traditional pranayama vs modern interpretations: A comparative review. Journal of Integrative Health, 14(1), 33–42.
  
  
• Escobar Domingo, M. et al. (2021). Práctica de yoga y bienestar en estudiantes de ciencias de la salud. Revista de Investigación Educativa, 39(3), 689–704.
  
  
• Fuente Torre, M. D. L., & Herrán Gascón, A. D. L. (2021). El yoga como potenciador de la conciencia docente. Revista Española de Pedagogía, 79(279), 181–200.
  
  
• Kozasa, E. H. (2002). Efeitos da respiração iogue na ansiedade. Psicologia USP, 13(2), 175–190.
  
  
• Kute, V., & AlSabah, A. (2024). Pranayama in Ayurveda: restoring balance to the doshas. Ayurvedic Journal of Integrative Medicine, 15(1), 45–58.
  
  
• López Mesa, M. A., et al. (2023). Yoga y calidad de vida en mujeres adultas. Psicología y Salud, 33(2), 88–97.
  
  
• McAllister, M. (2020). The role of combined pranayama and meditation in psychological well-being. Journal of Mind-Body Studies, 10(4), 211–223.
  
  
• Nieto Sánchez, C. et al. (2020). Yoga y depresión en embarazadas: una revisión. Revista Matronas Profesión, 21(1), 14–20.
  
  
• Rossi, F. (2020). Yoga en la educación infantil: beneficios para la conciencia y la relación. Infancia y Aprendizaje, 43(3), 531–548.
  
  
• Siddappa Naragatti, M. A., & V. H. S. (2024). Uddiyana Bandha: fisiología, psicología y energía. Journal of Yogic Science and Research, 8(1), 27–35.