
Estilos de yoga modernos: diferencias entre Hatha, Vinyasa, Yin, Kundalini y más
Jun 24, 2025El yoga moderno se ha transformado en una práctica global, adoptando múltiples formas que combinan tradición, bienestar físico y espiritualidad contemporánea. Desde estilos estáticos y meditativos hasta secuencias dinámicas y energéticas, la variedad de métodos actuales responde a diferentes necesidades físicas, emocionales y espirituales. Comprender las diferencias entre los principales estilos permite elegir una práctica adecuada según los objetivos personales y el estado de salud.
El Hatha Yoga es considerado el pilar del yoga físico moderno. Sus raíces se encuentran en la India medieval, con énfasis en la ejecución precisa de posturas (asanas) y técnicas respiratorias (pranayama) como camino hacia la estabilidad corporal y mental (Singh & Dave, 2023). A diferencia de los estilos más dinámicos, el Hatha propone una práctica pausada y consciente que facilita la interiorización.
Además, Hatha Yoga sirve como punto de partida para muchos otros estilos contemporáneos, siendo recomendado para personas principiantes o quienes buscan reconectar con la base del yoga físico (Michelis, 2008; Nagarajan, 2023).
Vinyasa Yoga se caracteriza por la fluidez de sus secuencias, donde cada postura se enlaza con la siguiente a través de la respiración. Es una práctica más dinámica que el Hatha, con secuencias que pueden variar según el estilo del instructor o el enfoque de la clase (Cary, 2020).
Aporta beneficios cardiovasculares, tonificación muscular y coordinación corporal, y es ideal para quienes buscan actividad física intensa con enfoque meditativo en movimiento (Larios Robles, 2022). En Occidente, Vinyasa se ha convertido en una de las formas más populares del yoga moderno, integrando elementos de fitness y autoexploración.
A diferencia de los estilos activos, el Yin Yoga invita a la quietud. Las posturas se mantienen durante varios minutos, enfocándose en los tejidos conectivos profundos como fascias, ligamentos y articulaciones.
Este enfoque pasivo busca liberar tensiones emocionales y físicas almacenadas, promoviendo la flexibilidad y la introspección (Büssing et al., 2012). Yin Yoga es especialmente recomendable para personas que practican actividades intensas o que buscan un contrapeso restaurativo en su rutina semanal.
El Kundalini Yoga combina asanas, pranayamas, mudras, cánticos y meditación para despertar la energía latente en la base de la columna vertebral (kundalini). Su enfoque es claramente espiritual y transformador, orientado al equilibrio de los centros energéticos (chakras) y a la expansión de la conciencia.
Aunque puede incluir actividad física, su objetivo principal es la elevación energética y emocional, lo que lo convierte en una práctica intensa a nivel interno. Kundalini ha ganado popularidad por su capacidad para generar experiencias emocionales profundas y liberar bloqueos psicoenergéticos (Michelis, 2008; Büssing et al., 2012).
El Ashtanga Vinyasa Yoga, desarrollado por Pattabhi Jois, propone una secuencia fija de posturas que se repite en cada práctica, acompañada de una respiración controlada (ujjayi), cierres energéticos (bandhas) y enfoque visual (drishti).
Es una práctica intensa, estructurada y físicamente exigente, ideal para quienes disfrutan de la disciplina, la progresión y el desafío físico constante (Forseth & Hunter, 2019). Ha influido en la creación de otros estilos como el Power Yoga o el Vinyasa contemporáneo.
La evolución del yoga en Occidente
La expansión del yoga en contextos occidentales ha generado una diversidad de estilos, adaptados a distintas culturas, cuerpos y motivaciones. Esta transformación ha implicado un proceso de reinterpretación de la tradición india, en ocasiones con tensiones entre la comercialización y el contenido espiritual (Michelis, 2008; Palavecino & Galak, 2021).
En países como México, Argentina y Alemania, el yoga se ha vinculado con prácticas de autocuidado, gestión del estrés y desarrollo personal, y se ha integrado en programas de salud y bienestar (Larios Robles, 2022; Cramer et al., 2019; Palavecino, 2020).
Cada estilo de yoga ofrece beneficios particulares. Mientras el Hatha construye una base sólida, el Vinyasa dinamiza cuerpo y mente. El Yin profundiza en la relajación, el Kundalini despierta la energía interna, y el Ashtanga desarrolla fuerza y constancia.
Elegir el estilo adecuado implica escuchar el cuerpo, considerar el momento vital y tener apertura a la experiencia. Lo importante es encontrar una práctica que acompañe el camino de autoconocimiento y equilibrio.
Referencias
- Büssing, A., Michalsen, A., Khalsa, S. B. S., Telles, S., & Sherman, K. J. (2012). Effects of yoga on mental and physical health: A short summary of reviews. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, 2012, 1–7.
- Cary, P. (2020). Modern Yoga: A Body-centered Practice. London: Routledge.
- Cramer, H., Ward, L., Steel, A., Lauche, R., Dobos, G., & Adams, J. (2019). Health and lifestyle characteristics of yoga practitioners in Germany. BMC Public Health, 19(1), 1–11.
- DeSimone, M. (2020). Practicing Yoga as Resistance: Voices of Color in Search of Freedom. North Atlantic Books.
- Forseth, B., & Hunter, S. (2019). Oxygen consumption and heart rate responses in common yoga styles. Complementary Therapies in Medicine, 45, 70–76.
- Larios Robles, M. (2022). La reconfiguración del yoga en México: adaptaciones culturales y resignificaciones contemporáneas. Estudios Sociológicos, 40(119), 451–484.
- Michelis, E. de. (2008). A history of modern yoga: Patañjali and Western esotericism. London: Continuum.
- Muñoz, S. (2023). Del soteriológico al terapéutico: el yoga como bien de salvación en la sociedad contemporánea. Revista de Ciencias Sociales, 32(1), 75–94.
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- Palaniappan, R. (2018). Understanding Yoga: Philosophy and Applications. Chennai: SSS Publications.
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- Palavecino, N., & Galak, E. (2021). Corporalidades en disputa: yoga, prácticas somáticas y resignificaciones en contextos urbanos. Corpo-grafías, 8(8), 99–117.
- Rabello, M. C., et al. (2018). Yoga and health: self-care and spirituality. Revista Brasileira de Enfermagem, 71(5), 2473–2480.
- Saizar, C. (2008). Cuerpo, salud y espiritualidad: yoga y nuevas religiosidades. Revista Argentina de Sociología, 6(11), 71–91.
Simões, J. A. (2015). El yoga y los bienes de salvación: espiritualidades y consumo cultural. Revista Brasileira de Ciências Sociais, 30(87), 147–160.
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