Día Internacional del Yoga: volver al centro en un mundo que gira demasiado rápido

“El yoga es el viaje del ser, a través del ser hacia el ser.” 
Bhagavad Gītā, 6.20

Cada 21 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano en el hemisferio norte, se celebra el Día Internacional del Yoga. Más allá de una efeméride, esta fecha es una invitación a detenernos y recordar lo esencial: que el yoga no es solo una práctica física, sino un camino de reconexión profunda con nosotras mismas, con los demás y con el mundo que habitamos. 

La elección no es casual. El solsticio marca el punto de mayor luz del año, símbolo de claridad, conciencia y renovación. De la misma manera, el yoga nos ofrece herramientas para iluminar nuestro interior y cultivar una presencia más consciente.

Origen de la celebración

En diciembre de 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de junio como Día Internacional del Yoga, reconociendo su valor universal. La iniciativa fue impulsada por el Primer Ministro de la India, Narendra Modi, quien en su intervención ante la ONU expresó: 

“El yoga es un regalo invaluable de la antigua tradición india. Representa la unidad de mente y cuerpo, pensamiento y acción, moderación y plenitud, armonía entre el ser humano y la naturaleza…” (Naciones Unidas, 2014).

Con esta declaración, la ONU subrayó la importancia de promover estilos de vida saludables y sostenibles a través de la práctica del yoga, entendida como una disciplina integral que trasciende culturas, edades y credos. 

Un camino hacia la unión

La palabra yoga proviene del sánscrito yuj, que significa “unir” o “integrar”. En su sentido más profundo, el yoga busca la unión del cuerpo, la mente y el alma; de lo individual con lo universal. Esta visión integral ha sido desarrollada por diversas escuelas filosóficas a lo largo de los siglos. 

Uno de los textos fundamentales es el Yoga Sūtra de Patañjali, donde se define como: 

Yogaś citta-vṛtti-nirodhaḥ 

“El yoga es la detención de las fluctuaciones de la mente.” (Yoga Sūtra I.2)

A través de prácticas como los āsana, la respiración (prāṇāyāma), la meditación (dhyāna) y los códigos éticos (yama y niyama), el yoga nos enseña a habitar el presente y cultivar una mirada interna. 

Yoga en la actualidad: entre el ruido y la escucha

En un mundo marcado por la prisa, la hiperexigencia y la sobreinformación, el yoga aparece como un refugio y, al mismo tiempo, como una revolución silenciosa. Practicar yoga hoy no es un acto de evasión, sino una forma de resistencia… de volver al cuerpo, de recuperar la pausa, de sanar heridas invisibles del cansancio emocional. 

Desde Soma Shakti Yoga entendemos la práctica como un camino de regreso, un volver a casa… a lo esencial, a lo que no necesita ser demostrado. 

Una práctica viva, un compromiso diario

El Día Internacional del Yoga nos recuerda que esta tradición milenaria sigue viva, transformándose y acompañándonos en los retos de nuestro tiempo. Practicar yoga es también un compromiso con una vida más consciente, más amable, más despierta. 

Como decía B.K.S Iyengar: 

“El yoga no solo cambia la forma en la que vemos las cosas; transforma a la persona que ve.” 

¿Y tú, cómo vives tu práctica en este día especial? 

Referencias 

• Easwaran, E. (Trad.). (2007). La Bhagavad Gītā. Nilgiri Press.
  
  
• Iyengar, B. K. S. (1966). Luz sobre el yoga. Editorial Kairós.
  
  
• Naciones Unidas. (2014). Día Internacional del Yoga: Resolución aprobada por la Asamblea General el 11 de diciembre de 2014 (A/RES/69/131). https://www.un.org/es/observances/yoga-day
  
  
• Patañjali. (s.f.). Los Yoga Sūtra de Patañjali (Swami Satchidananda, Trad.). Integral Yoga Publications.